Reseña | Siempre hay un mañana

8/10/17

Siempre hay un mañana de Nora Roberts
(saga Hotel Boonsboro #1)
4/5
El histórico Hotel Boonsboro ha superado tiempos de guerra y paz, cambios de propietarios e incluso rumores de estar embrujado. Ahora, el hotel está experimentando una remodelación completa a manos de los tres hermanos Montgomery y su excéntrica madre.

La vida social de Beckett, arquitecto y el menor de los hermanos, se limita a hablar del trabajo mientras come pizza y bebe cerveza. Pero esta vez su atención no está centrada totalmente en las reformas: lo distrae una mujer, la misma a la que ha querido besar desde que tenía dieciséis años. Después de perder a su marido, Clare Brewster está centrada en sus tres niños y en llevar la librería del pueblo. Los hijos no le dejan tiempo para pensar en el amor, pero ella se siente fascinada por la transformación del viejo hotel que Beckett está llevando a cabo y querrá admirarlo de cerca... al edificio y al hombre que lo diseña.

La gran inauguración se acerca, y Beckett se complace en enseñar el hotel a Clare. Él muestra una habitación diferente cada vez que los dos encuentran un rato libre. Nunca hay una primera cita, pero estos momentos robados son el principio de algo que podría despertar un deseo secreto que duerme en el corazón independiente de Clare y que abre la puerta a la extraordinaria aventura de lo que viene después...
Primer libro de la trilogía Hotel Boonsboro de una de las grandes reinas del género de romance, la grandísima Nora Roberts. Una autora que no falta en mi estantería y de la que, de cuando en cuando, me gusta leer algo. Tal vez a veces se pase con las descripciones, pero en general he disfrutado mucho de todos los libros que he leído de ella. 

Beckett, sus hermanos y su madre están trabajando duro para reconstruir una vieja mansión y transformarla en un hotel de lujo lleno de encanto y sofisticación. Las obras van viento en popa, incluso con el fantasma de una mujer que de vez en cuando se manifiesta para dar su opinión sobre los cambios. Pero Beckett se encuentra inquieto, el amor de su adolescencia está a solo unos pasos de él, pero su historia no podría ser más complicada. Ella es ahora viuda y madre de tres chicos que la quitan todo su tiempo. Estar con ella puede que sea complejo y excitante. 
Clare ha vuelto al pueblo del que salió cuando se casó con su marido. Tras perderlo, volvió a su hogar con sus hijos y fundó su propio negocio, una encantadora librería que lo es todo para ella, además de sus hijos. El hotel Boonsboro es una belleza que sólo puede imaginar, y Beckett un hombre que la hace sentirse viva y mujer por primera vez en mucho tiempo. Pero una relación con él puede ser difícil, al fin y al cabo es madre antes que nada.
Su historia se irá forjando entre breves citas y besos robados entre paredes con mucha historia y encontrarán lo que ambos llevaban mucho tiempo buscando.

Se desnudaron el uno al otro. Sin una palabra, demasiada pasión para expresarla con palabras; volvieron a tumbarse. Ella lo envolvió; se alzó para él. Oferta. Demanda.
Cuando él se enterró en ella, Clare gritó, de alivio y de placer. Beckett se esforzó por controlar mientras mientras ella se estremecía, se estremecía, se estremecía. Pero ella volvió alzarse para él y, con aquel solo impulso poderoso, le quebró la voluntad.
La tomó, montó esa ola creciente e intensa de pasión hasta que su propio alivio lo desgarró, lo vació.

Me lo regalaron por mi cumple y creo que estaba destinado a ser una de mis lecturas del verano.
Terminado en un suspiro, este libro ha sido todo lo que esperaba: dulce, bonito, romántico y ligero. Una lectura 100% recomendable para las amantes del género.
No te esperes la novela del siglo, simplemente, siéntate, ábrelo y disfruta.
La trama es bonita, ver que tanto el hotel como la relación entre los protagonistas va cambiando, evolucionando, convirtiéndose en algo más...
Con un pequeño puntito de tragedia y tensión que añade un toque más realista a la historia, y un pequeño toque paranormal que también le da un poquito de salsa a la novela. (¡Me encanta que haya algún toque de fantasía o paranormal hasta en los libros de romance contemporáneo!)
Y unos niños adorables y divertidísimos que me han enamorado. No me extraña que Beckett también se enamore de ellos.
Y también está la parte de "el malo de la película", en este caso, "el malo de la novela". Qué asco me daba el personaje cada vez que aparecía. 
Por poner sólo un "pero", es que esta autora, como digo al inicio de esta reseña, peca a veces de pasarse con las descripciones. Que, vamos a ver, están bien porque te ponen más en situación y te ayudan a imaginarte mejor la historia, el lugar, etc., pero no creo que me hubiera hecho falta saber cada detalle de cada adorno, complemento decorativo o azulejo que se iba a poner en el hotel. Aunque entiendo por qué la autora ha dado tanto énfasis a esas pequeñas cosas y por eso, lo acepto. Pero a veces me resultaba un poco aburrido. Menos mal que esas partes no se extendían mucho. 

En fin, me ha gustado mucho, la verdad. Es de esas novelas que te dejan un buen sabor de boca, con la satisfacción de haber leído un libro que no sólo te ha entretenido, te ha conmovido y te ha trasportado a otro lugar por un rato.
Ya tengo ganas de leer el siguiente y conocer la historia del siguiente de los hermanos Montgomery. 

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