¡Bueno! Lo prometido es deuda y aquí os dejo el micro-relato que escribí y dediqué a mi amiga Tita, admin del blog TMIspanishnews. El viernes pasado os dejé la primera parte, como un pequeño adelanto. He querido esperar unos días para que llegara mi sorpresita a manos de su dueña...y como ya ha llegado, compartiré con vosotros el relato entero, desde el principio.
Para los que no hayan leído la primera parte os hago una pequeña introducción. El relato tiene como protagonista a Tita, una joven y excepcional cazadora de sombras y el trasfondo, así como la inspiración tienen su origen en la saga Cazadores de Sombras de Cassandra Clare. Si no habéis leído los libros, ¡¡¡por favor hacerlo porque son fabulosos!!!Nuevamente os remito al blog TMIspanishnews (os dejo el link: http://themortalinstrumentsnews.blogspot.com.es/) donde podréis averiguar TODO acerca de la saga. También es obligada la visita a la página y/o por el blog de su autora, Cassandra Clare ( Os dejo ambos links: Pagina web: http://www.cassandraclare.com/ y BLOG: http://cassandraclare.livejournal.com/ )
Hago una pequeña aclaración, Tita no es personaje de la saga Cazadores de Sombras. Es un personaje imaginario basado en una persona real...Sí. Por lo tanto, no pertenece a la saga, aunque esté basada en ella.
Sin más dilación..."Tita, nefilim"
Espero que os guste. Dedicado especialmente a Tita, a Cassandra Clare y a todos los fans de Cazadores de Sombras.
Acompaño el relato de la imagen en la que me basé para escribirlo. El dibujo es otro de mis fanArts y, obviamente, también está dedicado a Tita.
Tita, shadowhunter
TITA,
NEFILIM
Era
noche cerrada, oscura como la boca de un lobo, y en el estrecho callejón donde
se encontraba no podía ver nada, apenas era capaz de distinguir sus propios
pies o sus manos. Las únicas farolas que proyectaban algo de luz trémula se encontraban
demasiado lejos como para poder iluminar mínimamente el lugar estrecho, vacío y
frío donde esperaba, expectante.
Tita
anduvo impasible, firme y segura, dos pasos más hacia delante, internándose más
aún en la oscuridad del callejón. No tenía miedo, es más, estaba ansiosa por un
poco de lucha desenfrenada, por desgarrar y derramar la sangre viscosa y ácida
y las entrañas de algún demonio. Por el Ángel, necesitaba un buen chute de
adrenalina para poder vivir un día más. Desde que su entrenamiento había
finalizado y ya era libre para poder salir a matar demonios sin supervisión,
desde que mató a su primer demonio, nada en su vida había vuelto a ser como
antes. Había nacido para ello, había nacido para ser nefilim, para exterminar
el mal del mundo y, en poco tiempo, se había convertido en una de las mejores
cazadoras de sombras de su generación y, ciertamente, de su país.
Un
escalofrío recorrió su columna vertebral, estremeciéndola levemente. Una ligera
corriente de aire frío y mortífero azotó sus cabellos castaños y se los echó
hacia delante, ocultando unos ojos más negros que la noche. Con un seco
movimiento, volvió a colocarse los mechones rebeldes hacia atrás y se puso en
tensión. Todos sus sentidos estaban agudizados, preparados para captar el más nimio
movimiento, el más pequeño cambio en el ambiente que la rodeaba. Situó una
pierna enfundada en una bota alta negra de tacón de aguja, por delante de la
otra, para conseguir una mayor estabilidad. Giró lentamente la cabeza, a un
lado y a otro, observando ansiosa pero a la vez impasible. Su respiración era
suave, casi superficial, prácticamente imperceptible. El latido de su corazón
era fuerte, algo más rápido de lo normal, pero constante. Sus pupilas se
abrieron al máximo captando y catalogando todo lo que podía ver. Aún a pesar de
las runas que se había grabado en la piel antes de salir del Instituto de
Mallorca, su vista en la oscuridad no era todo lo perfecta que ella hubiera
deseado, pero por lo menos podía distinguir las siluetas de los objetos que la
rodeaban. Un par de enormes cubos de basura a su derecha, envoltorios, bolsas y
botellas de alcohol rotas se amontonaban a ambos lados del callejón, retrepando
y alzándose cada vez más, como enredaderas extendidas sobre el suelo y las
paredes. Respiró en profundidad el hedor que despedía aquél estrecho lugar.
Restos de comida en diversos estados de descomposición, el alcohol derramado de
las litronas de cerveza y de las botellas de vino y whisky, y el profundo olor
amargo de la orina animal y humana. Cualquier otra persona habría echado las
tripas por la boca al oler algo como aquello, pero ella no. Estaba preparada
para soportar cosas aún peores. Además, los demonios olían infinitamente peor,
así que prácticamente ni se inmutó ni le
molestó aquella combinación de olores putrefactos. Había en cambio un extraño
olor dulzón y desagradable que ningún mundano habría sido capaz de distinguir a
través de aquella nube de olores malolientes.
Esperó,
paciente. Allí había algo, lo intuía. Sus excepcionales sentidos la habían
llevado directamente hacia allí y ella nunca se equivocaba. Era infalible.
Se
adentró aún más, pisando con cuidado, como si fuera un fantasma. Sus pies
pasaron sobre los restos putrefactos, sobre los cristales, pero no se pudo
escuchar ningún sonido proveniente de sus pisadas. Aún a pesar de los tacones,
se movía con total firmeza y seguridad, como una pantera acechando a su presa.
Volvió a detenerse cuando algo captó su atención. Un ligero movimiento en la
esquina izquierda del fondo del callejón. Unos envoltorios de plástico, unas
hojas secas, nada que hubiera alertado a una persona normal, pero fue
suficiente para ella para confirmar que se encontraba en el lugar idóneo. El
aire cesó de pronto.
Con
la velocidad del rayo, sacó dos cuchillos serafines del cinturón que rodeaba
sus caderas y, nombrándolos por sus respectivos nombres en un susurro rápido y
quedo, éstos se desplegaron en toda su angelical magnificencia y mortalidad, e
iluminaron con su luz azulada y brillante el callejón, a la cazadora que los
sostenía impasible y a la criatura infernal que trepaba en aquellos momentos el
muro, intentando escapar de la poderosa energía y de la fuerza arrolladora de
la nefilim y de aquellos malditos cuchillos.
--
No, no no…-- dijo Tita fríamente. Giró la cabeza en un gesto de negación,
juguetona – Me has hecho esperar demasiado tiempo. No te vayas tan deprisa. Ven
aquí, criatura asquerosa, bailemos – Su voz era fría y sensual, casi
suplicante, pero mortífera como lo era todo en ella.
La
criatura emitió un siseo fuerte, chirriante y agudo, que habría sido capaz de
helarle la sangre a cualquier persona, pero que sólo consiguió que la cazadora
elevara las comisuras de sus rojos labios hacia arriba en una sonrisa maliciosa
y pícara, mientras una carcajada carente de emoción, se alzaba por su garganta
y escapaba por su boca. El sonido de su risa fue más letal que el siseo de la
criatura demoníaca e hizo que ésta se enfureciera y girara su cuerpo largo,
verde, viscoso y de múltiples patas llenas de pinchos y garras afiladas, para
enfrentarse con la nefilim. Su cabeza, llena de cuernos y cientos de ojillos
centelleantes se giró y, abriendo unas fauces rebosantes de dientes tan grandes como
los de un tiburón, rugió de nuevo, preparándose para atacar.
--
Bien, hechas ya las presentaciones, bailemos – dijo Tita –
En
apenas una fracción de segundo, la criatura saltó del muro y se abalanzó sobre
la nefilim. Más veloz que la luz, Tita fintó hacia su derecha en el último
momento, justo antes de que el demonio la alcanzara. Dio un giro rápido y se
situó en el flanco izquierdo de la criatura, la cual se revolvió rápidamente
hacia ella, alzando sus patas delanteras y lanzando unos fuertes zarpazos que
fueron demasiado fáciles de esquivar para la fuerte cazadora.
--
Venga ya…Me lo estás poniendo demasiado fácil – se burló ella –
La
criatura volvió a sisear enfurecida y cargó contra la cazadora con todo su
poder. Esta vez, sin embargo, no fue lo suficientemente rápida y una de las
garras del demonio la arañó en la parte superior de su brazo izquierdo,
haciéndola emitir un siseo de desagrado y de dolor.
--
Bien…Vas mejorando – Dijo con una voz cargada de veneno – Pero me aburres –
Giró
sobre sí misma, con sus cuchillos serafines emitiendo unos poderosos rayos de
luz que la rodearon y, poniendo la cantidad justa de fuerza en el movimiento,
saltó sobre el demonio. Uno de sus brazos bajó rápido, certero, en un gesto
suave, provocando un profundo corte en el lomo del demonio, el cual siseó
nuevamente de dolor. Un chorro de sangre verde y venenosa salió despedido del corte. Volvió a moverse y, antes incluso de haber terminado de
posar los pies sobre el suelo desigual, ya había ensartado el otro cuchillo en
el pecho de la criatura. Con un último rugido de dolor y furia, el demonio se
disolvió, emitiendo un sonido burbujeante y, dejando un profundo olor dulzón
inconfundible, abandonó este mundo para volver a su dimensión demoníaca.
--
Vete al infierno – Dijo Tita, satisfecha. Su sonrisa presuntuosa se marcó aún
más en sus delicadas facciones, sus ojos brillaron de triunfo. Pero la alegría
por su victoria se vio turbada al ver el estado en que habían quedado sus armas
– Maldito seas, has destrozado mis preciosos cuchillos –
Dejó
caer los restos de los cuchillos serafines y, avanzando despacio, abandonó el
oscuro callejón.
¡Bueno! ¿Qué os ha parecido?
Inicialmente sólo fue un relato de dos páginas pero estoy pensando en prolongarlo y escribir más sobre las aventuras de esta intrépida y valiente cazadora de sombras. Ya os iré poniendo al día.
Con todo mi cariño.
Isabella.
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