Tita, nefilim...Micro-relato completo

27/3/12

            ¡Bueno! Lo prometido es deuda y aquí os dejo el micro-relato que escribí y dediqué a mi amiga Tita, admin del blog TMIspanishnews. El viernes pasado os dejé la primera parte, como un pequeño adelanto. He querido esperar unos días para que llegara mi sorpresita a manos de su dueña...y como ya ha llegado, compartiré con vosotros el relato entero, desde el principio.
Para los que no hayan leído la primera parte os hago una pequeña introducción. El relato tiene como protagonista a Tita, una joven  y excepcional cazadora de sombras y el trasfondo, así como la inspiración tienen su origen en la saga Cazadores de Sombras de Cassandra Clare. Si no habéis leído los libros, ¡¡¡por favor hacerlo porque son fabulosos!!!Nuevamente os remito al blog TMIspanishnews (os dejo el link: http://themortalinstrumentsnews.blogspot.com.es/) donde podréis averiguar TODO acerca de la saga. También es obligada la visita a la página y/o por el blog de su autora, Cassandra Clare ( Os dejo ambos links: Pagina web: http://www.cassandraclare.com/ y BLOG: http://cassandraclare.livejournal.com/ )

          Hago una pequeña aclaración, Tita no es personaje de la saga Cazadores de Sombras. Es un personaje imaginario basado en una persona real...Sí. Por lo tanto, no pertenece a la saga, aunque esté basada en ella.

Sin más dilación..."Tita, nefilim" 

Espero que os guste. Dedicado especialmente a Tita, a Cassandra Clare y a todos los fans de Cazadores de Sombras.

Acompaño el relato de la imagen en la que me basé para escribirlo. El dibujo es otro de mis fanArts y, obviamente, también está dedicado a Tita.

Tita, shadowhunter




TITA, NEFILIM

Era noche cerrada, oscura como la boca de un lobo, y en el estrecho callejón donde se encontraba no podía ver nada, apenas era capaz de distinguir sus propios pies o sus manos. Las únicas farolas que proyectaban algo de luz trémula se encontraban demasiado lejos como para poder iluminar mínimamente el lugar estrecho, vacío y frío donde esperaba, expectante.
Tita anduvo impasible, firme y segura, dos pasos más hacia delante, internándose más aún en la oscuridad del callejón. No tenía miedo, es más, estaba ansiosa por un poco de lucha desenfrenada, por desgarrar y derramar la sangre viscosa y ácida y las entrañas de algún demonio. Por el Ángel, necesitaba un buen chute de adrenalina para poder vivir un día más. Desde que su entrenamiento había finalizado y ya era libre para poder salir a matar demonios sin supervisión, desde que mató a su primer demonio, nada en su vida había vuelto a ser como antes. Había nacido para ello, había nacido para ser nefilim, para exterminar el mal del mundo y, en poco tiempo, se había convertido en una de las mejores cazadoras de sombras de su generación y, ciertamente, de su país.

Un escalofrío recorrió su columna vertebral, estremeciéndola levemente. Una ligera corriente de aire frío y mortífero azotó sus cabellos castaños y se los echó hacia delante, ocultando unos ojos más negros que la noche. Con un seco movimiento, volvió a colocarse los mechones rebeldes hacia atrás y se puso en tensión. Todos sus sentidos estaban agudizados, preparados para captar el más nimio movimiento, el más pequeño cambio en el ambiente que la rodeaba. Situó una pierna enfundada en una bota alta negra de tacón de aguja, por delante de la otra, para conseguir una mayor estabilidad. Giró lentamente la cabeza, a un lado y a otro, observando ansiosa pero a la vez impasible. Su respiración era suave, casi superficial, prácticamente imperceptible. El latido de su corazón era fuerte, algo más rápido de lo normal, pero constante. Sus pupilas se abrieron al máximo captando y catalogando todo lo que podía ver. Aún a pesar de las runas que se había grabado en la piel antes de salir del Instituto de Mallorca, su vista en la oscuridad no era todo lo perfecta que ella hubiera deseado, pero por lo menos podía distinguir las siluetas de los objetos que la rodeaban. Un par de enormes cubos de basura a su derecha, envoltorios, bolsas y botellas de alcohol rotas se amontonaban a ambos lados del callejón, retrepando y alzándose cada vez más, como enredaderas extendidas sobre el suelo y las paredes. Respiró en profundidad el hedor que despedía aquél estrecho lugar. Restos de comida en diversos estados de descomposición, el alcohol derramado de las litronas de cerveza y de las botellas de vino y whisky, y el profundo olor amargo de la orina animal y humana. Cualquier otra persona habría echado las tripas por la boca al oler algo como aquello, pero ella no. Estaba preparada para soportar cosas aún peores. Además, los demonios olían infinitamente peor, así que prácticamente ni se inmutó  ni le molestó aquella combinación de olores putrefactos. Había en cambio un extraño olor dulzón y desagradable que ningún mundano habría sido capaz de distinguir a través de aquella nube de olores malolientes.

Esperó, paciente. Allí había algo, lo intuía. Sus excepcionales sentidos la habían llevado directamente hacia allí y ella nunca se equivocaba. Era infalible.

Se adentró aún más, pisando con cuidado, como si fuera un fantasma. Sus pies pasaron sobre los restos putrefactos, sobre los cristales, pero no se pudo escuchar ningún sonido proveniente de sus pisadas. Aún a pesar de los tacones, se movía con total firmeza y seguridad, como una pantera acechando a su presa. Volvió a detenerse cuando algo captó su atención. Un ligero movimiento en la esquina izquierda del fondo del callejón. Unos envoltorios de plástico, unas hojas secas, nada que hubiera alertado a una persona normal, pero fue suficiente para ella para confirmar que se encontraba en el lugar idóneo. El aire cesó de pronto.

Con la velocidad del rayo, sacó dos cuchillos serafines del cinturón que rodeaba sus caderas y, nombrándolos por sus respectivos nombres en un susurro rápido y quedo, éstos se desplegaron en toda su angelical magnificencia y mortalidad, e iluminaron con su luz azulada y brillante el callejón, a la cazadora que los sostenía impasible y a la criatura infernal que trepaba en aquellos momentos el muro, intentando escapar de la poderosa energía y de la fuerza arrolladora de la nefilim y de aquellos malditos cuchillos.

-- No, no no…-- dijo Tita fríamente. Giró la cabeza en un gesto de negación, juguetona – Me has hecho esperar demasiado tiempo. No te vayas tan deprisa. Ven aquí, criatura asquerosa, bailemos – Su voz era fría y sensual, casi suplicante, pero mortífera como lo era todo en ella.

La criatura emitió un siseo fuerte, chirriante y agudo, que habría sido capaz de helarle la sangre a cualquier persona, pero que sólo consiguió que la cazadora elevara las comisuras de sus rojos labios hacia arriba en una sonrisa maliciosa y pícara, mientras una carcajada carente de emoción, se alzaba por su garganta y escapaba por su boca. El sonido de su risa fue más letal que el siseo de la criatura demoníaca e hizo que ésta se enfureciera y girara su cuerpo largo, verde, viscoso y de múltiples patas llenas de pinchos y garras afiladas, para enfrentarse con la nefilim. Su cabeza, llena de cuernos y cientos de ojillos centelleantes se giró y, abriendo unas fauces rebosantes de dientes tan grandes como los de un tiburón, rugió de nuevo, preparándose para atacar.

-- Bien, hechas ya las presentaciones, bailemos – dijo Tita –

En apenas una fracción de segundo, la criatura saltó del muro y se abalanzó sobre la nefilim. Más veloz que la luz, Tita fintó hacia su derecha en el último momento, justo antes de que el demonio la alcanzara. Dio un giro rápido y se situó en el flanco izquierdo de la criatura, la cual se revolvió rápidamente hacia ella, alzando sus patas delanteras y lanzando unos fuertes zarpazos que fueron demasiado fáciles de esquivar para la fuerte cazadora.

-- Venga ya…Me lo estás poniendo demasiado fácil – se burló ella –

La criatura volvió a sisear enfurecida y cargó contra la cazadora con todo su poder. Esta vez, sin embargo, no fue lo suficientemente rápida y una de las garras del demonio la arañó en la parte superior de su brazo izquierdo, haciéndola emitir un siseo de desagrado y de dolor.

-- Bien…Vas mejorando – Dijo con una voz cargada de veneno – Pero me aburres –

Giró sobre sí misma, con sus cuchillos serafines emitiendo unos poderosos rayos de luz que la rodearon y, poniendo la cantidad justa de fuerza en el movimiento, saltó sobre el demonio. Uno de sus brazos bajó rápido, certero, en un gesto suave, provocando un profundo corte en el lomo del demonio, el cual siseó nuevamente de dolor. Un chorro de sangre verde y venenosa salió despedido del corte. Volvió a moverse y, antes incluso de haber terminado de posar los pies sobre el suelo desigual, ya había ensartado el otro cuchillo en el pecho de la criatura. Con un último rugido de dolor y furia, el demonio se disolvió, emitiendo un sonido burbujeante y, dejando un profundo olor dulzón inconfundible, abandonó este mundo para volver a su dimensión demoníaca.

-- Vete al infierno – Dijo Tita, satisfecha. Su sonrisa presuntuosa se marcó aún más en sus delicadas facciones, sus ojos brillaron de triunfo. Pero la alegría por su victoria se vio turbada al ver el estado en que habían quedado sus armas – Maldito seas, has destrozado mis preciosos cuchillos –

Dejó caer los restos de los cuchillos serafines y, avanzando despacio, abandonó el oscuro callejón.




¡Bueno! ¿Qué os ha parecido?

Inicialmente sólo fue un relato de dos páginas pero estoy pensando en prolongarlo y escribir más sobre las aventuras de esta intrépida y valiente cazadora de sombras. Ya os iré poniendo al día.

Con todo mi cariño.

Isabella.




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