Tita, nefilim...Avance de un micro-relato

23/3/12

¡Buenas tardes a todos!Ya es viernes y cada vez se acerca más la semana Santa...¡estoy ansiosa!¿Vosotros?

Bueno, el motivo de este post no tiene nada que ver con la semana Santa, sino con el hecho de que hoy he escrito un micro-relato dedicado a mi amiga Tita. El transfondo del relato está inspirado en la saga Cazadores de Sombras de la autora Cassandra Clare, saga que amo, de la que soy super fan y que os recomiendo encarecidamente que leáis (Ya postearé cosillas sobre la saga, algunos fanArts que he hecho y esas cosas) Pasaros por el blog TMIspanishnews si queréis conocer a fondo la saga y enteraros de todas las noticias de última hora. Es, sin duda, el mejor blog que existe en mi opinión sobre la saga, al menos es el mejor en español, así que visitarlo y haceros seguidores de él porque es magnífico (y, claro está, leeros los libros porque son simplemente espectaculares)

Lo que voy a postear a continuación es un pequeño extracto del micro-relato, más adelante lo colgaré entero. Espero que lo disfrutéis, especialmente Tita, ya que está inspirado y escrito por y para ella. También se lo dedico a los seguidores de esta maravillosa saga literaria y a su autora, nuestra amada y admirada Cassandra Clare.

Era noche cerrada, oscura como la boca de un lobo, y en el estrecho callejón donde se encontraba no podía ver nada, apenas era capaz de distinguir sus propios pies o sus manos. Las únicas farolas que proyectaban algo de luz trémula se encontraban demasiado lejos como para poder iluminar mínimamente el lugar estrecho, vacío y frío donde esperaba, expectante.

Tita anduvo impasible, firme y segura, dos pasos más hacia delante, internándose más aún en la oscuridad del callejón. No tenía miedo, es más, estaba ansiosa por un poco de lucha desenfrenada, por desgarrar y derramar la sangre viscosa y ácida y las entrañas de algún demonio. Por el Ángel, necesitaba un buen chute de adrenalina para poder vivir un día más. Desde que su entrenamiento había finalizado y ya era libre para poder salir a matar demonios sin supervisión, desde que mató a su primer demonio, nada en su vida había vuelto a ser como antes. Había nacido para ello, había nacido para ser nefilim, para exterminar el mal del mundo y, en poco tiempo, se había convertido en una de las mejores cazadoras de sombras de su generación y, ciertamente, de su país.

Un escalofrío recorrió su columna vertebral, estremeciéndola levemente. Una ligera corriente de aire frío y mortífero azotó sus cabellos castaños y se los echó hacia delante, ocultando unos ojos más negros que la noche. Con un seco movimiento, volvió a colocarse los mechones rebeldes hacia atrás y se puso en tensión. Todos sus sentidos estaban agudizados, preparados para captar el más nimio movimiento, el más pequeño cambio en el ambiente que la rodeaba. Situó una pierna enfundada en una bota alta negra de tacón de aguja, por delante de la otra, para conseguir una mayor estabilidad. Giró lentamente la cabeza, a un lado y a otro, observando ansiosa pero a la vez impasible. Su respiración era suave, casi superficial, prácticamente imperceptible. El latido de su corazón era fuerte, algo más rápido de lo normal, pero constante. Sus pupilas se abrieron al máximo captando y catalogando todo lo que podía ver. Aún a pesar de las runas que se había grabado en la piel antes de salir del Instituto de Mallorca, su vista en la oscuridad no era todo lo perfecta que ella hubiera deseado, pero por lo menos podía distinguir las siluetas de los objetos que la rodeaban. Un par de enormes cubos de basura a su derecha, envoltorios, bolsas y botellas de alcohol rotas se amontonaban a ambos lados del callejón, retrepando y alzándose cada vez más, como enredaderas extendidas sobre el suelo y las paredes. Respiró en profundidad el hedor que despedía aquél estrecho lugar. Restos de comida en diversos estados de descomposición, el alcohol derramado de las litronas de cerveza y de las botellas de vino y whisky, y el profundo olor amargo de la orina animal y humana. Cualquier otra persona habría echado las tripas por la boca al oler algo como aquello, pero ella no. Estaba preparada para soportar cosas aún peores. Además, los demonios olían infinitamente peor, así que prácticamente ni se inmutó  ni le molestó aquella combinación de olores putrefactos. Había en cambio un extraño olor dulzón y desagradable que ningún mundano habría sido capaz de distinguir a través de aquella nube de olores malolientes.


Esperó, paciente. Allí había algo, lo intuía. Sus excepcionales sentidos la habían llevado directamente hacia allí y ella nunca se equivocaba. Era infalible.
Se adentró aún más, pisando con cuidado, como si fuera un fantasma. Sus pies pasaron sobre los restos putrefactos, sobre los cristales, pero no se pudo escuchar ningún sonido proveniente de sus pisadas. Aún a pesar de los tacones, se movía con total firmeza y seguridad, como una pantera acechando a su presa. Volvió a detenerse cuando algo captó su atención. Un ligero movimiento en la esquina izquierda del fondo del callejón. Unos envoltorios de plástico, unas hojas secas, nada que hubiera alertado a una persona normal, pero fue suficiente para ella para confirmar que se encontraba en el lugar idóneo. El aire cesó de pronto...


¡Espero que os haya gustado!


Con todo mi cariño.

Isabella

2 comentarios :

  1. OMG NO puedo creerme que hayas hecho esto :') MIL GRACIAS PRECIOSAAAAA

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  2. jejejejej de nada guapa!!!!!Me alegro de que te haya gustado...hay más, pronto lo verás!!! XDDDDDD

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